domingo, 25 de mayo de 2014

La Rafaila

Los acusados y acusadas de Nery


Nery Aguilar ha dirigido un elenco artístico y técnico de más de 25 personas pertenecientes al Plan Sabatino de la Academia de Teatro de la UP en un remontaje de La Rafaila, basada en la adaptación que Enrique Wyld hizo del texto de Alberto de la Riva.

Se trata de un buen trabajo estudiantil donde se debe pulir la unidad tal y como se nota en escenas como la del mercado cuyos personajes centrales son los personajes de Rafaila y Angustias. En dicha escena cada quien va por su lado. Puede mencionarse también la falta de unidad en actuaciones en las que hay contrastes como el interpretado por Brenda Mejía que no da la anciana esperada en el texto al interpretar a Chon sino nos presenta una especie de bruja de teatro infantil clásico. Renato Velásquez, como el Coronel es la interpretación mas falsa de todos los personajes, lo cual se nota hasta en su bigote postizo.

Las actuaciones anteriormente mencionadas contrastan con otras regulares, buenas y muy buenas, en este ultimo caso podemos mencionar la de los tres doctores que bien puede decirse es un solo personaje interpretado por tres actores que lo hacen muy bien. Son ellos Selvin Monroy, Camila Sánchez y Leonardo Palencia. En materia de actuación debemos anotar que el rol protagónico estuvo bien asignado a Jonathan Álvarez.

Obviamente siendo un trabajo estudiantil es perfectible. Lo que debe anotarse con los ejemplos daros es la falta de unidad, la cual es imperdonable en una obra de teatro profesional porque las mismas provocan un contraste en todo el conjunto del hecho escénico donde bien puede hablarse buenas, mejores y malas y peores actores y escenas. Pero en lo profesional hay buenas o malas obras no medio obras o parte de las mismas…

En ese sentido, la mejor parte es la que presenta la tesis de la obra, el final que contrasta con partes pesimamente realizadas como la ya mencionada del mercado, la cual obviamente, es la por de todas. Ahora bien, yo como critico ya no comento obras que no digan algo y me abstengo de los aspectos técnicos así que cuando no digo nada es porque no me pareció. No como antes que hacia un análisis como el que aquí estoy haciendo. Así que dejemos a un lado este aspecto y pasemos al contenido de la obra que se resume en la parte tesis.

Para mi sorpresa este texto ofrece una denuncia muy vigente contra el machismo, de los rasgos principales de la cultura guatemalteca, el cual se matiza con la cosificación de la mujer (en la obra se nos dice como las domesticas son utilizadas hasta para servicio de cama), la homofobia (remarcada en expresiones ofensivas, machismo en todos los personajes y la confusión misma de Rafael, el personaje principal) y la doble moral sexual (la obra pareciera el desarrollo del estereotipo que el macho se va detrás de una escoba con faldas y se es mas hombre si aparte de las relaciones con mujeres decentes se tienen otros frentes). Indirectamente se cuestiona la manera de ver en Guatemala el tema de la orientación sexual donde abundan la homo y la bisexualidad solapadas en actitudes machistas heterosexuales y pseudoheterosexuales.

El hecho escénico dirigido por Nery Aguilar hace que el público ría de si mismo y de lo que es Guatemala, la cual va, poco a poco, evolucionando en estos temas hasta el momento tabú. En ese sentido, cuando Rafael o Rafaila se convierte en el acusa o acusada, según palabras de los doctores somos tod@s y tod@s los chapines cualesquiera sea nuestra tendencia sexual. En ese sentido Nery promete mucho como director y se aplican a él sus propias palabras dichas al elenco al finalizar la y última función que fue a la que asistí. Que son personas que evolucionan en el trabajo actoral. Pues bien, Nery evoluciona también en el rol de director. Es bueno ver cómo en manos de personas como él tradiciones como las heredadas por Rubén Morales Monroy en escenarios como el de la UP no se han perdido del todo.


César Chupina
24| de octubre 2011