8° FESTIVAL DE TEATRO GUATEMALA
(1ra Parte)
Por primera vez el en años el festival comenzó puntual
(15 minutos antes de lo programado) a la vez fue curioso y preocupante no
encontrar el lobby saturado de personas queriendo encontrar un boleto para
poder presenciar la fiesta teatral más grande de Guatemala. Como era costumbre
en festivales anteriores, los llenos eran totales y el público se esmera por
llegar temprano. En su momento sospeche que el festival se había vuelto una
moda, temo confirmarlo. Sin embargo daré el beneficio de la duda, esperando que
fueran otros factores que influyeran en la poca asistencia al festival, el cual
se desarrolló en gran parte en: El Teatro de Cámara “Hugo Carrillo” del Centro
Cultural Miguel Ángel Asturias.
El primer día de actividades inicio con el justo y
merecido homenaje al Maestro Antonio Guitrón, dando lugar a un representante de
teatro del interior. Con un acto más protocolario y bastante sencillo, además de
un homenajeado de pocas palabras, pero de mucha acción teatral y un gran
compromiso con el arte y cultura. Se reconoció a: El Actor, director,
dramaturgo, gestor cultural y formador de talentos. En fin un polifacético e
incansable promotor de las artes escénicas. Mismas que ha desarrollado
principalmente en Coatepeque y treinta y seis años de estar comprometido con el
teatro. Formo la compañía de Teatro de Coatepeque y varios a donde ha llegado
por asares del destino. Ha impulsado las muestras de teatro escolar y desde
1995, el Festival de Teatro Escolar de la región lleva su nombre. Fue por
muchos años coordinador general de la Muestra Nacional de Teatro Departamental
y ha sido reconocido en varias ocasiones por su dramaturgia, destaca “Al final
del precipicio” mejor dramaturgo a nivel nacional. Su gran amor por el teatro
lo ha llevado a recorrer países como: Cuba, México, El Salvador, Costa Rica y
Nicaragua. Representando dignamente a Guatemala.
Y empezó la fiesta: “La orgia” de Enrique Buenaventura, a cargo de Teatro de Arte
Universitario TAU y dirección de Ángelo Medina. Fue la encargada de abrir el
festival. La dramaturgia, puesta en escena y la actuación general e individual
dejaron una buena impresión a los asistentes. Personajes bien marcados y
representados, acompañados de un excelente manejo del espacio escénico y
utilizando eficientemente los elementos escenográficos, los cuales
transformaron rápidamente sin perder la estética, logrando reacciones
interesantes en el público. La propuesta invita a pensar y reflexionar sobre la
manipulación de las masas. Y como un poco de poder puede cambiar al ser humano
y su entorno. Con una sociedad, carente de valores y principios. Es un fuerte
llamado de atención a las clases “rica y pobre” ya que critica a ambas. La
primera que se aprovecha de las necesidades de la mayoría de la población y la
segunda que se vuelve una réplica de la primera. Manipulando y dejándose
manipular, ese es el juego. Donde lo que importa es uno mismo y se olvida el
bienestar colectivo del que todos somos parte. ”La música desde la ventana” Con
dirección de Patricia Orantes y asistente de dirección de Marian Arenas,
dramaturgia de René Estuardo Galdámez. Artes Landívar nos presenta una obra de
recuerdos contada por Juan Ángel (Roberto Díaz Gomar) desde su lecho de muerte.
Lleva al público asistente al viaje de su vida, remarcando los hechos
trascendentales que le marcaron y trayendo al presente a diferentes personajes
que lo acompañaron en el recorrido de este mundo terrenal. Exilio y auto exilio
van de la mano en esta propuesta de teatro cabaret. La introducción está a
cargo de Deryc Papadópolo (Invitado (a) para este ejercicio) quien empieza a contar su
vida. Para la función del festival caricaturizaron al personaje colocándole
barba al travesti. Su historia no conmovía, daba risa. Fue un desacierto. Caso
contrario fue la temporada regular, donde iniciaba la velada y de una forma
amena hacia el conteo de las llamadas. Su relato conmovía, humanizaba y
predisponía a los asistentes a disfrutar la propuesta, la cual estaba pensada
para un espacio alternativo. La cual no lograron acomodar a la sala del Teatro
de Cámara. El otro invitado fue Vladimir Villatoro, quien estuvo a cargo de los
arreglos musicales y la parte que actuó, estuvo aceptable. La función se salva
por un buen trabajo de dramaturgia y el nivel de los actores, que en sus
individualidades estuvieron a la altura. “Dios
es máquina” De Woody Allen y dirección de Daneri Gudiel. Fue el mal chiste
del festival, sin comentarios. El día sábado, El Centro Histórico de la ciudad
de Guatemala fue un caos. Entre calles tomadas por fanáticos religiosos,
carreras que se han puesto de moda y la elección del Rey Feo de la Universidad
de San Carlos, la cual se realizó en el Teatro al Aire Libre. El acceso al
Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, fue muy complicado. Y por tal razón los
organizadores del festival se vieron en la necesidad de reprogramar, en horario
la presentación y comenzar cuarenta minutos después de lo programado dando paso
a “Tierra” de Andamio Teatro Raro,
con dirección de Luis Carlos Pineda y creación colectiva. La propuesta de
Teatro Pobre y que ellos llaman Teatro Político, puede encajar en Teatro de la
crueldad. La historia de la humanidad contada de forma evolutiva, tocando y
resaltando hechos específicos que han marcado para bien o para mal al ser
humano. Es interesante la expresión corporal y la exigencia física de cada uno
de los actores, estéticamente es un trabajo muy limpio. Lamentablemente el
grupo toma partido y la propuesta se vuelve una denuncia más personal que
colectiva. Confieso que tenía curiosidad de ver la evolución del trabajo y no
encontré mayor crecimiento en la propuesta, a lo visto hace dos años. Cuando
fue el estreno de la misma, pero no por eso deja de ser interesante. El domingo
en jornada doble, fue dedicada a los títeres, empezando con: “Un botón en mi cabeza” de Arriba las
Hu! Manos (Chile-Argentina) Autoría, dirección y manipulación a cargo de
Enrique Crohare Niño y Laura Soledad Mac Laughin. Con un teatrino muy grande y
buena construcción de objetos que acompañan a Clott, personaje principal que
debe pasar por diferentes situaciones para poder entender que; “Todos somos
iguales y a la vez diferentes” Cabe resaltar lo histriónico de los titiriteros
y la capacidad de mantener atentos y conectados a los asistentes en todo
momento. Así como la utilización de localismos, lo cual emociono al público.
Lamentablemente abuzaron del recurso. “El
Hombre que lo tenía todo, todo” de Miguel Ángel Asturias y adaptación,
dirección y manipulación de objetos de Antonio González de la Compañía Títere
Fue! Y música en vivo a cargo de Mariano Delay. La propuesta de teatro en
miniatura destaca por la limpieza de sus movimientos y la combinación de
técnicas y estilos como: Títeres de guante, de sombra y de barilla. A pesar que
la propuesta se ha reinventado en varias ocasiones no pierde la esencia de la
obra original y mantiene la atención y la capacidad de asombro del público que
disfruta las propuestas de Títere Fue! “Jícaras, chicharas y bambú” del Grupo Hormigas
y creación colectiva, presentaron la propuesta de actuación y manipulación de
objetos. Por compromisos de trabajo técnico con el grupo anterior, no pude
presenciar la función. Me quede con las ganas de comentar el trabajo del Grupo
de Totonicapán. Así finalizo la primera semana del festival.
megustaestararribateatro@gmail.com
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